Temporada de ganancias: cómo el otoño cambia el valor inmobiliario

by Luisa Newfield
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Autumn Property Boom How September Drives Market Gains

Aunque la primavera suele considerarse la temporada principal del mercado inmobiliario, el comienzo del otoño —y especialmente septiembre— se ha convertido silenciosamente en uno de los períodos más estratégicos para compradores, vendedores e inversores. A medida que bajan las temperaturas y el mercado adopta un ritmo más lento y calculado, el valor de las propiedades, la demanda y los rendimientos de inversión suelen comportarse de forma diferente, ofreciendo oportunidades únicas a quienes entienden la dinámica estacional. En toda Europa, donde las tendencias de precios y el comportamiento de los compradores están estrechamente ligados a las condiciones macroeconómicas y los ciclos, el otoño ya no es una estación pasiva, sino decisiva.

El sentimiento del mercado se enfría — pero las oportunidades se calientan

Tras el frenético ritmo de la primavera y el verano, muchos mercados europeos experimentan un enfriamiento estacional de la actividad con la llegada de septiembre. Esta desaceleración no es una señal de debilidad, sino una ventana de oportunidad. Con menos compradores compitiendo y muchos vendedores motivados para cerrar acuerdos antes de fin de año, las negociaciones suelen volverse más flexibles, lo que permite a los compradores asegurar propiedades en condiciones más favorables.

En grandes capitales como París, Berlín y Milán, los anuncios tienden a permanecer en el mercado un poco más a medida que cambia la estación, lo que brinda a los inversores más tiempo para negociar. Esta ventaja estacional es especialmente valiosa en 2025, cuando la tasa de depósito del Banco Central Europeo se mantiene en 2 %, los diferenciales hipotecarios se están reduciendo y las condiciones de financiación mejoran gradualmente tras dos años de endurecimiento.

Cambios estacionales en precios y rentabilidades

La influencia del otoño va más allá del volumen de transacciones: también moldea la dinámica de precios y los rendimientos del alquiler. Las familias suelen completar sus mudanzas antes del inicio del año escolar, lo que reduce la demanda de vivienda ocupada por propietarios en septiembre. Los inversores, sin embargo, se benefician de esta pausa, especialmente en el segmento de alquiler.

En Europa Central y del Este, donde las rentabilidades se encuentran entre las más altas del continente, el inicio del otoño puede ofrecer puntos de entrada atractivos. Varsovia, por ejemplo, ofrece rendimientos brutos residenciales de alrededor del 6 %, mientras que Bucarest promedia entre 6 y 6,5 %. Estos rendimientos siguen estando muy por encima de los promedios típicos de Europa Occidental, que suelen situarse entre 3 y 5 %. Una demanda estacional más débil puede fortalecer aún más la posición de negociación de los inversores que apuntan a estos mercados de alto rendimiento.

Mientras tanto, en mercados consolidados como Francia, Italia y España, la demanda de alquiler relacionada con las universidades y las reubicaciones corporativas suele alcanzar su punto máximo en septiembre, lo que aumenta temporalmente los rendimientos en el segmento de viviendas estudiantiles y alquileres a corto plazo. Ciudades como Lisboa y Oporto suelen registrar un aumento de la demanda de contratos de alquiler a largo plazo en este momento, lo que respalda ingresos por alquiler más altos en comparación con los meses de verano.

Flujos de capital y estrategias institucionales

Los inversores institucionales también planifican estratégicamente sus adquisiciones en torno al inicio del otoño. Muchos fondos buscan desplegar el capital restante antes de que los ciclos de planificación de fin de año se aceleren, lo que genera un aumento notable en las transacciones de carteras en septiembre. Según CBRE, durante los últimos cinco años, aproximadamente un tercio de las transacciones anuales de propiedades comerciales en Europa se ha cerrado en la segunda mitad del año, con un repunte claro al final del verano.

Esta tendencia vuelve a evidenciarse en 2025. La adquisición por parte de Bain Capital del hotel Pullman Paris Montparnasse por aproximadamente 300 millones de euros a mediados de septiembre, así como el continuo despliegue de Blackstone en activos logísticos y algunas oficinas, demuestran cómo los grandes actores utilizan esta ventana estacional para cerrar acuerdos en condiciones favorables, especialmente cuando los vendedores enfrentan presión de informes antes del cuarto trimestre.

Las estrategias de renovación y valor añadido alcanzan su punto máximo

Septiembre también es un mes práctico para los inversores centrados en estrategias de valor añadido, como proyectos de renovación y reposicionamiento. El clima más fresco marca la última oportunidad para completar trabajos estructurales antes de que lleguen las condiciones invernales, y las empresas constructoras suelen mostrar mayor flexibilidad en los términos de los proyectos a medida que la demanda disminuye tras el verano. Completar las mejoras antes de fin de mes permite que las propiedades capten alquileres más altos o primas de reventa en primavera, un factor clave para los revendedores y promotores.

ESG y eficiencia energética aumentan el valor en otoño

Otro motor cada vez más importante a principios de otoño es la eficiencia energética. A medida que se acercan los meses fríos, las propiedades con mejor aislamiento, sistemas de calefacción eficientes o tecnología inteligente suelen obtener una prima. Varios estudios europeos confirman una “prima verde” medible, con viviendas energéticamente eficientes que se venden por 4 – 7 % más y se alquilan más rápidamente que sus equivalentes menos eficientes.

Esta tendencia es especialmente relevante a medida que la normativa de la UE sobre sostenibilidad se vuelve más estricta y los compradores prestan más atención a los costos operativos a largo plazo. Invertir en mejoras de eficiencia antes de la temporada de calefacción no solo reduce las facturas, sino que también aumenta la liquidez y el valor de reventa de los activos en un mercado donde la sostenibilidad se está convirtiendo en un factor decisivo de precios.

La ventaja estratégica del comienzo del otoño

Para los inversores, el verdadero valor de esta temporada radica en su equilibrio estratégico: menor competencia, vendedores motivados y creciente demanda de alquiler crean un entorno óptimo tanto para adquisiciones como para reposicionamientos. Con el BCE adoptando un enfoque “reunión a reunión” en su política monetaria y los mercados esperando en gran medida tasas estables hasta 2026, septiembre de 2025 ofrece un entorno más predecible para estructurar acuerdos y planificar la asignación de capital.

En resumen, el comienzo del otoño ya no es solo un período de transición en el mercado inmobiliario: es una temporada de ganancias. Ya sea adquiriendo activos generadores de ingresos, reposicionando propiedades infravaloradas o mejorando la eficiencia energética antes del invierno, quienes actúan estratégicamente en septiembre suelen adelantarse al mercado cuando llega la primavera.

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