En 2025, la industria global de centros de datos alcanza un límite crítico. Las cargas de trabajo de inteligencia artificial elevan la densidad de racks en clusters de IA hasta 40–80+ kW (mientras que los promedios de la industria aún se sitúan en 12–17 kW). Pero el cuello de botella ya no es el suelo ni la fibra, sino la electricidad. Desde los principales hubs europeos hasta las mayores redes de Norteamérica y los nuevos mercados en Asia y Oriente Medio, el factor decisivo en la selección de emplazamientos es ahora la disponibilidad de megavatios y la fecha en que pueden entregarse.
La energía se convierte en la variable clave
La demanda de capacidad aumenta de forma pronunciada. La Agencia Internacional de Energía prevé que el consumo mundial de electricidad de los centros de datos más que se duplicará para 2030, alcanzando casi 945 TWh. Mientras tanto, los desarrolladores se enfrentan a colas de conexión a la red que se prolongan durante años y a la escasez de equipos que retrasa proyectos incluso con permisos aprobados. Los grandes transformadores suelen tardar 2 a 4 años en llegar, y los equipos o cables de alta tensión requieren plazos similares. Los analistas del sector señalan que los proveedores tienen dificultades para añadir capacidad al ritmo que exige la IA y que todo proyecto serio comienza hoy con la red.
La economía del cómputo
Los costes de construcción se han disparado. En Europa, los proyectos shell-and-core promedian 7,5–10 M€/MW, mientras que las instalaciones de colocation totalmente construidas en áreas metropolitanas congestionadas rondan los 12 M€/MW. Los costes operativos son igualmente elevados: los alquileres de colocation oscilan entre 180–260 €/kW al mes, con Londres en el rango de 180–215 €, y Singapur que supera a menudo los 300 €.
Los contratos de energía son fundamentales. Los PPA renovables a largo plazo en Europa se sitúan normalmente en 50–60 €/MWh, lo que permite a los operadores cubrir costes durante 10–15 años. Pero estas cifras sólo son relevantes si la fecha de conexión es creíble y el equipo está asegurado.
Concepto | Referencia 2025 | Importancia |
---|---|---|
Shell & core (Europa) | ≈7,5–10,0 M€/MW | Capex base |
Colocation completo | ≈12 M€/MW | Metrópolis saturadas |
PPA energía limpia | ≈50–60 €/MWh | Fija coste de cómputo |
Alquiler colocation | ≈180–260 €/kW/mes | Referencia Opex |
Transformadores & HV | 24–48 meses | Ruta crítica |
Europa: hubs saturados, perímetros en movimiento
Fráncfort, Londres, Ámsterdam, París y Dublín siguen siendo los centros de demanda del continente. Pero los cinco enfrentan saturación de red. En Reino Unido, el regulador Ofgem ha reformado la cola con el principio First Ready, First Connected (FRFC), que premia los proyectos con permisos y pedidos de equipos ya en marcha; se espera que los primeros efectos se vean en 2025–2026.
En Dublín, las nuevas conexiones están pausadas hasta 2028 para proteger la estabilidad de la red, mientras algunos operadores adoptan esquemas de reutilización de calor, como AWS en Tallaght, que canaliza el excedente de calor a un sistema de calefacción urbana. La Ley alemana de Eficiencia Energética introduce obligaciones de reutilización de calor en nuevos proyectos, y las autoridades neerlandesas sólo permiten campus hyperscale en zonas designadas. El crecimiento se desplaza hacia mercados secundarios como Milán, Varsovia y Berlín, o hacia perímetros cercanos a la transmisión con ventanas de energización más tempranas.
Países nórdicos: megavatios con valor municipal
Finlandia, Suecia y Noruega combinan abundante energía baja en carbono, operadores de transmisión sólidos y climas fríos. También establecen un modelo de cómo obtener apoyo político. La asociación de Microsoft con Fortum en Finlandia reutilizará el calor residual de nuevos campus en sistemas de calefacción urbana, reforzando la aceptación social y acelerando las aprobaciones. En efecto, la reutilización del calor se está convirtiendo en un acelerador de permisos en la región. Este modelo transforma los megavatios de una carga en un recurso.
Norteamérica: normas para cargas muy grandes
En Estados Unidos, PJM, la mayor red, ha actualizado su enfoque sobre grandes adiciones de carga y fomenta la flexibilidad (respuesta a la demanda, almacenamiento local, generación rápida) para que los grandes centros de datos se evalúen y procesen de manera más eficiente. Los desarrolladores también reservan con años de antelación cupos en fábricas de transformadores. Algunos operadores incluso almacenan repuestos, una táctica impensable hace una década.
El tema central es la estabilidad de la red. Los centros de datos de IA pueden multiplicar por diez su consumo en segundos. Las compañías eléctricas exigen que los futuros campus incluyan baterías, generación rápida o estrategias de respuesta a la demanda desde el inicio.
Asia-Pacífico: megavatios controlados
Singapur levantó su moratoria pero mantiene un estricto control. En 2024, el gobierno lanzó la Green Data Centre Roadmap, liberando al menos 300 MW de nueva capacidad y señalando otros 200 MW para proyectos que cumplan estrictas normas de energía verde y eficiencia. Con precios de colocation que superan los 300 €/kW al mes, la ciudad sigue siendo uno de los mercados más caros del mundo.
En otros lugares, Australia y Japón aprovechan sus redes de cables y energías renovables para competir, mientras que Vietnam y Malasia se presentan como hubs rentables de entrenamiento de IA donde la latencia importa menos que disponer de megavatios baratos y limpios.
Oriente Medio y África: la energía como diferenciador
Nuevos proyectos en Arabia Saudí, Marruecos y Kenia se construyen directamente en torno a la abundancia energética. En Arabia Saudí, NEOM y DataVolt han anunciado un campus de IA de 5.000 millones $ con el objetivo de 1,5 GW de capacidad renovable para 2028, con una primera fase de 300 MW.
En Marruecos, el gobierno confirmó planes para un cluster de 500 MW en Dajla, enfocado en la demanda de nube soberana y respaldado por energía solar y eólica.
En Kenia, Microsoft y G42 han esbozado un programa de 1.000 millones $ que incluye un centro de datos en la nube alimentado con energía geotérmica de Olkaria. En todos los casos, el mensaje es el mismo: la distancia puede salvarse con fibra, pero no con megavatios.
Lista de verificación para inversores
- Fecha de energización: los calendarios comprobados de los operadores de red pesan más que cualquier oferta de terrenos.
- Coste de la energía: PPA de 50–60 €/MWh definen la economía del cómputo a largo plazo.
- Comportamiento de la carga: reutilización de calor, almacenamiento local y flexibilidad operativa acortan aprobaciones y refuerzan la aceptación social.
Conclusión: tiempo hasta el megavatio
La fiebre mundial por los centros de datos ya no es una caza de terrenos cercanos a las ciudades o a rutas de fibra, sino una caza de energía. Desde los hubs FLAP-D europeos hasta las reformas de interconexión norteamericanas, desde las asignaciones gestionadas de Singapur hasta los megaproyectos saudíes, la métrica que decide ahora a los ganadores es el tiempo hasta el megavatio.
Los puntos de referencia están fijados: 8–12 M€/MW de construcción según especificación, 50–60 €/MWh para energía limpia y esperas de varios años para equipos pesados. En la era de la IA, todo lo demás —suelo, fibra, incluso latencia— pasa a un segundo plano. La carrera ya no es por parcelas, sino por megavatios.