La serie de Apple TV+ de 2025, The Studio, ha captado la atención mucho más allá de la televisión, atrayendo tanto a públicos culturales como a entusiastas de la arquitectura. El escenario ficticio de los “Continental Studios” combina dos visiones arquitectónicas distintas: el monumental Renacimiento Maya de Frank Lloyd Wright y el modernismo futurista de John Lautner. Esta interacción deliberada convierte el telón de fondo en un personaje en sí mismo, reflejando la lucha constante de Hollywood entre la herencia y la reinvención.
El Renacimiento Maya de Wright en pantalla
La diseñadora de producción Julie Berghoff quería que la sede de los Continental transmitiera la sensación de una poderosa reliquia del pasado. Las casas de bloques textiles de Wright de la década de 1920 —especialmente la Ennis House y la Storer House— sirvieron de inspiración directa. Gracias al fresado CNC y a los bloques de yeso, el equipo de producción recreó los pesados muros de apariencia templaria que evocaban la arquitectura mesoamericana antigua.
La Ennis House es uno de los íconos culturales de Los Ángeles. Tras una amplia restauración, se vendió en 2019 por 15,5 millones de euros, confirmando su estatus como hito cinematográfico e inversión arquitectónica. La Storer House, otro diseño de bloques textiles, cambió de propietario en 2015 por 5,8 millones de euros, demostrando que la visión de Wright sigue alcanzando precios de prestigio.
La visión futurista de Lautner en pantalla
Mientras Wright representaba permanencia, Lautner capturaba movimiento, optimismo e innovación. The Studio se rodó en varias de sus casas, aportando profundidad visual y resonancia narrativa. La Harvey House (1950), con sus audaces puertas en forma de sol, inspiró el diseño de la entrada de la serie.
El personaje de Seth Rogen vive en la Foster Carling House (1950), famosa por su pared de vidrio giratoria y una piscina que fluye sin interrupciones del interior al exterior. Se vendió por última vez en 2014 por 2,6 millones de euros. Otra obra destacada, Silvertop (1957–76), con sus curvas de hormigón y su estilo futurista, apareció en un episodio clave. Alguna vez inacabada, fue adquirida en 2014 por 7,3 millones de euros y más tarde completamente restaurada para recuperar la intención original de Lautner.
Valor de mercado más allá del lujo
Las casas de Wright y Lautner no son propiedades de lujo comunes. Son raros artefactos culturales cuyo mercado está impulsado por la escasez y la herencia. Wright completó solo un puñado de proyectos en estilo Renacimiento Maya, y las obras más icónicas de Lautner son igualmente limitadas. Esta rareza garantiza una fuerte competencia entre coleccionistas, elevando los precios cada vez más.
Los 15,5 millones de euros pagados por la Ennis House y los 7,3 millones de euros por Silvertop reflejan el valor artístico de estas propiedades. Para los compradores, la originalidad y el significado histórico pesan más que métricas convencionales como los metros cuadrados o las comodidades modernas.
La arquitectura como narrativa
En The Studio, la arquitectura se convierte en una metáfora del propio Hollywood. El Renacimiento Maya de Wright simboliza peso, continuidad y la carga de la tradición, mientras que las formas futuristas de Lautner representan innovación y adaptación. Juntas encarnan la lucha de la industria por equilibrar herencia y reinvención.
Incluso los espectadores poco familiarizados con la arquitectura perciben este contraste. Los bloques macizos de Wright transmiten permanencia, mientras que las geometrías fluidas de Lautner sugieren apertura y posibilidad. Este diálogo entre épocas enriquece la narrativa de la serie.
Acceso público y exclusividad
Algunos edificios de Wright, como la Hollyhock House en Los Ángeles, están abiertos al público, con entradas que suelen costar entre 6 y 11 euros. Permiten a los visitantes experimentar de primera mano el lenguaje arquitectónico que inspiró los escenarios de The Studio.
La mayoría de las propiedades de Lautner, en cambio, siguen siendo privadas, conocidas por el público principalmente a través de películas, series y publicaciones arquitectónicas. Esta exclusividad aumenta su atractivo, convirtiéndolas en codiciados tesoros culturales.
Conclusión
The Studio logra mucho más que narrar una comedia: revitaliza la apreciación de dos legados arquitectónicos transformadores. Las obras de Wright en estilo Renacimiento Maya, con precios que alcanzan decenas de millones, simbolizan tradición y permanencia. Las casas futuristas de Lautner, igualmente valoradas, encarnan visión y audacia. Ambos continúan influyendo en los mercados inmobiliarios y en la imaginación cultural.
Para coleccionistas, inversores y admiradores, estas casas representan mucho más que una vida de lujo. Con ventas que van de 2,6 millones a 15,5 millones de euros, se erigen como obras de arte irreemplazables. Gracias a The Studio, su influencia llega a nuevos públicos, demostrando una vez más cómo la arquitectura da forma a las historias, los mercados y la memoria cultural.