Las tensiones comerciales entre EE. UU. y China repercuten en el sector inmobiliario

by Victoria Garcia
3 minutes read
US-China Trade Tensions Hit Real Estate in 2025

En 2025, las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China están teniendo un impacto directo en el mercado inmobiliario global. La imposición de nuevos aranceles, las restricciones a las exportaciones y la pérdida de confianza de los inversores están elevando los costos, desplazando los flujos de capital y transformando las estrategias de inversión tanto en EE. UU. como en China. Estos cambios afectan al sector residencial, comercial e industrial, así como a industrias relacionadas como la construcción y las finanzas.

Aumento de los costos de construcción

Uno de los efectos más inmediatos de la guerra comercial ha sido el aumento de los precios de los materiales de construcción. Los aranceles aplicados a productos importados de China —como acero, aluminio, componentes electrónicos y madera— han encarecido la construcción en Estados Unidos.

Actualmente, construir una vivienda estándar cuesta entre 8 000 y 12 000 euros más, lo que representa un incremento del 5 al 7 %. Este aumento afecta especialmente a proyectos de vivienda asequible e infraestructuras públicas que dependen de presupuestos limitados.

Caída de la inversión china en inmuebles estadounidenses

Durante años, China fue uno de los mayores inversores extranjeros en el mercado inmobiliario de EE. UU. Sin embargo, en los últimos años, estas inversiones han disminuido más de un 70 %, debido a las restricciones del gobierno chino sobre la salida de capitales y al deterioro de las relaciones diplomáticas.

Los mercados de alto nivel, como los de Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Miami, han sido los más afectados. La caída de la demanda ha provocado una desaceleración de los precios e incluso descensos en el segmento de lujo y en el mercado de reventa.

Inestabilidad del mercado inmobiliario chino

En China, el panorama también es complejo. A pesar de los esfuerzos del gobierno —como la reducción de los intereses hipotecarios, subsidios estatales y flexibilización de condiciones de compra—, el mercado sigue debilitado.

El colapso de gigantes del sector como Evergrande ha erosionado la confianza de los compradores. Muchos promotores enfrentan problemas de liquidez, retrasos en las obras y protestas generalizadas, incluyendo boicots hipotecarios, en los que los compradores se niegan a seguir pagando por viviendas que no se han entregado.

Reorientación global de capitales

Ante la creciente incertidumbre, los inversores están buscando mercados alternativos más estables. Europa, Canadá, Australia y los Emiratos Árabes Unidos han recibido una creciente atención. Los países con monedas estables, seguridad jurídica y regímenes fiscales favorables se están convirtiendo en destinos preferidos.

A su vez, los promotores están replanteando sus prioridades, apostando por mercados nacionales y mostrando mayor prudencia con los proyectos internacionales.

Nuevas tendencias y estrategias

En un entorno global volátil, emergen nuevas formas de operar en el mercado inmobiliario:

  • Diversificación: los inversores reparten capital entre distintos países y tipos de activos.
  • Reducción de dependencia de China: EE. UU. impulsa la producción nacional de materiales de construcción.
  • Inversiones ESG: los proyectos sostenibles atraen más capital internacional.
  • Digitalización del mercado: visitas virtuales, contratos inteligentes y transacciones por blockchain se vuelven estándar.

Conclusión

Las tensiones comerciales entre EE. UU. y China revelan cuán interconectado y vulnerable es el mercado inmobiliario global. El aumento de costos, la retracción de inversiones extranjeras, la reconfiguración de flujos financieros y los cambios en el comportamiento del consumidor están transformando el sector.

Para promotores, inversores y compradores, el momento exige flexibilidad, análisis y visión estratégica. Esta inestabilidad geopolítica, aunque desafiante, también puede convertirse en una oportunidad para quienes sepan adaptarse y actuar con visión a largo plazo.

Los próximos meses serán clave para determinar si este conflicto comercial desencadenará una transformación estructural del mercado inmobiliario global o si se trata de una fase pasajera dentro del ciclo económico internacional.

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