El Hilton Kathmandu, el hotel más alto de la capital nepalesa, resultó gravemente dañado después de que manifestantes prendieran fuego a propiedades de lujo durante los disturbios liderados por los jóvenes. El incendio marcó uno de los episodios más dramáticos de la llamada “Revolución Gen Z”, que ha sacudido al establishment político y económico de Nepal.
De la gran inauguración al cierre
El Hilton de cinco estrellas, inaugurado oficialmente el 25 de julio de 2024, representaba un hito para el mercado hotelero de Nepal. Con 172 habitaciones y más de 60 metros de altura sobre la ciudad, se promocionaba como el hotel más alto de Katmandú y un símbolo de su ambición de atraer conferencias internacionales y turismo de lujo.
La inversión local en el proyecto ascendió a unos 8.000 millones de rupias (≈ 50 millones €). Apenas un año después, llamas y humo envolvieron su fachada de vidrio. El hotel ha cerrado y Hilton confirmó que todos los huéspedes y empleados fueron evacuados de manera segura. Ingenieros están evaluando la magnitud de los daños para determinar si la restauración es posible.
Víctimas en el Hyatt Regency
Aunque el incendio en el Hilton no causó muertes directas, una tragedia ocurrió en otro hotel emblemático. En el cercano Hyatt Regency Kathmandu, también atacado esa misma noche, una turista india cayó y murió mientras intentaba escapar desde un piso superior, y su esposo resultó herido. El incidente subrayó la creciente preocupación por la seguridad de los visitantes a medida que se extienden las protestas.
Por qué los hoteles se convirtieron en objetivos
La ola de protestas, impulsada por manifestantes de la Generación Z, se ha centrado en símbolos de privilegio. Con un desempleo juvenil superior al 20 %, los activistas acusan a las élites nepalesas de corrupción y desigualdad, señalando a los hoteles de lujo como emblemas de excesos en una economía en dificultades.
Las imágenes de la torre del Hilton ardiendo, difundidas por medios internacionales, han amplificado la sensación de inestabilidad. Analistas advierten que ni siquiera las marcas hoteleras globales pueden permanecer aisladas de la volatilidad política en Nepal.
Impacto en el turismo y la inversión
El turismo genera casi el 7 % del PIB de Nepal y emplea a cientos de miles de personas. El Hilton debía reforzar la oferta de alta gama del país, complementando hoteles patrimoniales como el Dwarika’s. Su cierre deja un vacío en la capacidad justo cuando Nepal esperaba recuperarse tras años de pandemia y convulsiones políticas.
Se prevé que las reclamaciones de seguros sean complicadas. Aunque muchas pólizas comerciales incluyen cobertura para huelgas, disturbios y conmoción civil, la clasificación del incendio como incendio intencionado de motivación política podría retrasar las indemnizaciones. El regulador de seguros de Nepal ha instado a las compañías a agilizar los pagos relacionados con las protestas.
Consecuencias políticas
Desatadas por la indignación ante el desempleo y las restricciones en redes sociales, las manifestaciones han escalado hasta convertirse en el mayor levantamiento juvenil de la historia moderna de Nepal. Los manifestantes han asaltado el parlamento, incendiado residencias de funcionarios y atacado edificios corporativos. El gobierno ha impuesto toques de queda y desplegado al ejército en un intento de restablecer el orden.
Observadores internacionales advierten que la destrucción del Hilton Kathmandu envía una señal inquietante a los inversores y podría poner en riesgo la frágil recuperación económica del país.
Conclusión
La torre ennegrecida del Hilton Kathmandu se alza ahora como símbolo de una ambición truncada y como monumento a la frustración popular. Sea reconstruido o abandonado, encarna los riesgos que enfrentan las marcas globales en Nepal y la profundidad del desencanto de su joven generación. Para los dirigentes del país, el reto ya no es solo la reconstrucción, sino recuperar la confianza de una juventud inquieta y del resto del mundo.