¿Puede el Banco Europeo resolver la crisis de vivienda de Barcelona con 113 millones de euros?

by Markus Weber
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Barcelona’s €113M Plan to Rebuild Affordable Housing

Barcelona ha recibido un préstamo de 113 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI) destinado a la construcción de más de 640 viviendas sociales de alquiler para 2030, con el fin de aliviar una de las crisis habitacionales más graves de Europa. El contrato, firmado a finales de octubre de 2025, abarca nueve proyectos sostenibles en varios distritos y tiene como objetivo proporcionar vivienda asequible a unos 2.000 residentes.

Una ciudad bajo presión

La escasez de vivienda en Barcelona ha alcanzado niveles críticos. Con un alquiler medio de 23,4 € por m² y pequeños pisos que se alquilan entre 1.200 € y 1.500 € al mes, la ciudad se está volviendo inasequible para muchas familias de ingresos medios y trabajadores del sector servicios. El programa, gestionado por el IMHAB y respaldado por el BEI, se dirige precisamente a ese segmento: viviendas asequibles a largo plazo protegidas de las distorsiones del mercado, según fuentes municipales.

Según los datos del Ayuntamiento, las listas de espera para viviendas públicas superan ya las 36.000 familias, mientras que los salarios han aumentado solo un 10 % en los últimos cinco años, frente a un incremento del 40 % en los precios del alquiler. Incluso en los barrios periféricos como Nou Barris y Sant Andreu, los pisos rara vez cuestan menos de 950 € al mes. La crisis ha profundizado la desigualdad, afectando sobre todo a los jóvenes y a las familias monoparentales.

Nueve proyectos en toda Barcelona

La construcción comenzará de forma progresiva en 2026, con obras en zonas como Bon Pastor, Trinitat Nova, Casernes de Sant Andreu y Illa Nubiola en el distrito de innovación 22@. Todos los edificios cumplirán estrictos estándares de eficiencia energética y accesibilidad, en línea con los objetivos de neutralidad climática de la ciudad para 2030. La mayoría de los terrenos son de propiedad municipal, lo que garantiza que todas las viviendas completadas pasen a formar parte del parque público de alquiler.

La inversión total se estima en 161 millones de euros, de los cuales el 70 % será financiado por el BEI. El 30 % restante provendrá del presupuesto municipal y de programas de vivienda catalanes. Esto equivale a unos 250.000 € por vivienda, reflejando el coste de la construcción sostenible en zonas urbanas densas.

Financiación con propósito social

El desembolso del préstamo europeo se realizará por fases, en función del avance de los proyectos. Los préstamos serán reembolsables en 30 años y contarán con tipos preferenciales vinculados a indicadores de desempeño ambiental y social. Dentro del Marco de Finanzas Verdes (Green Finance Framework) del BEI, los proyectos que cumplan los objetivos de eficiencia energética podrán optar a bonificaciones adicionales en los intereses.

Todas las viviendas se alquilarán a precios hasta un 35 % por debajo del mercado, dando prioridad a familias de bajos ingresos, personas mayores y mujeres en situación de vulnerabilidad socioeconómica. Según el Ayuntamiento, cerca del 70 % de los beneficiarios serán mujeres, muchas de ellas madres solteras o mayores que viven solas.

Un giro político hacia la asequibilidad

“Es un paso decisivo para recuperar el derecho a una vivienda asequible en una ciudad donde el derecho a permanecer está amenazado”, declaró Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, durante la firma del acuerdo.

Su administración ha convertido la vivienda pública en el eje de su política urbana, con el objetivo de triplicar el parque municipal de viviendas para 2030. El programa se considera una herramienta clave para restaurar el equilibrio social en barrios donde los alquileres han subido más que en cualquier otra ciudad mediterránea.

La presidenta del BEI, Nadia Calviño, destacó la importancia estratégica de esta colaboración para la región.

“Uno de cada cuatro euros que el BEI destina este año a Cataluña se invierte en vivienda —así de en serio nos tomamos este reto—”, afirmó, subrayando que la vivienda asequible es la máxima prioridad de la agenda social del banco para 2025–2030.

Según Calviño, el BEI ha pasado de centrarse en infraestructuras tradicionales a enfocarse en la inclusión social. El acuerdo de Barcelona forma parte del esfuerzo de la Unión Europea por abordar las crisis de asequibilidad que amenazan la cohesión social en las grandes ciudades.

El vicepresidente del BEI, Ioannis Tsakiris, ofreció una visión más amplia sobre este nuevo modelo de financiación.

“Estamos ayudando a las ciudades a innovar, construir más rápido y reducir las emisiones a lo largo del ciclo de vida —no solo financiando ladrillos y cemento—”, afirmó Tsakiris.

El BEI busca vincular la política ambiental con la vivienda, situando la sostenibilidad al mismo nivel que la asequibilidad.

De un desafío local a un modelo europeo

“Es una intervención estructural, no una medida temporal”, señaló Marta Vila, economista urbana de la Universitat Pompeu Fabra. Según ella, el préstamo del BEI reconfigurará el mercado de alquiler a largo plazo, manteniendo parte del parque de viviendas fuera de las dinámicas especulativas.

“Cada vivienda pública rompe la cadena especulativa”, dijo Vila. “Ahí es donde comienza la verdadera transformación”.

La inversión de 161 millones de euros también beneficiará a la economía local. Se espera que la construcción genere alrededor de 2.000 empleos temporales, muchos de ellos en los sectores de materiales sostenibles y tecnologías de eficiencia energética. Los proyectos reforzarán la economía verde de la ciudad y ayudarán a las pequeñas empresas a adoptar métodos de construcción de bajas emisiones de carbono.

El plan de Barcelona forma parte de una tendencia europea más amplia. Ciudades como Viena, Berlín y Helsinki han demostrado desde hace años que los sistemas de vivienda pública pueden coexistir con los mercados privados. Barcelona busca adaptar este modelo al contexto mediterráneo, combinando financiación asequible, altos estándares ambientales y propiedad pública.

Todos los nuevos edificios contarán con energías renovables, paneles solares y tecnologías de ahorro de agua. Las zonas comunes fomentarán la interacción vecinal, convirtiendo los complejos en comunidades vivas y no en bloques aislados.

Mirando hacia el futuro

Los expertos coinciden en que las 640 viviendas no bastarán para cubrir el déficit habitacional de Barcelona —la ciudad necesita más de 15.000 unidades asequibles—, pero el programa ofrece una base sólida para futuros desarrollos. La colaboración garantiza estabilidad financiera y un marco sostenible a largo plazo para la política de vivienda.

El plan de vivienda de 113 millones de euros de Barcelona representa mucho más que un préstamo. Marca un cambio de paradigma en la forma en que la ciudad entiende el progreso. En medio de alquileres récord y desigualdades crecientes, la cooperación entre el Ayuntamiento y el Banco Europeo de Inversiones refleja un compromiso duradero con la sostenibilidad, la inclusión y el derecho de los ciudadanos a permanecer en los barrios que ayudaron a construir.

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