Australia cierra Lion Property Group por un esquema Ponzi de 72 M€

by Victoria Garcia
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Lion Property Group Exposed in €72M Ponzi

El colapso de Lion Property Group se ha convertido en uno de los escándalos inmobiliarios más significativos de Australia en los últimos años. La empresa, que en su día se presentaba como un promotor residencial de confianza, ha sido oficialmente liquidada después de que los tribunales confirmaran que operaba un esquema Ponzi valorado en unos 72 millones de euros. El caso ha sacudido la confianza de los inversores, ha puesto de relieve las carencias regulatorias y ha dejado a cientos de familias con pérdidas devastadoras.

Cómo funcionaba el esquema

Lion Property Group se promocionaba como un constructor fiable activo en Brisbane, Melbourne y Sídney. Su marketing prometía a los inversores rendimientos anuales inusualmente altos, de hasta un 12 %, muy por encima de los rendimientos normales del mercado inmobiliario. La empresa organizaba seminarios de inversión, seminarios web y campañas en línea, presentando sus proyectos como seguros y de bajo riesgo. Este discurso atrajo a cientos de inversores, muchos de ellos inexpertos, seducidos por la promesa de ingresos estables y garantizados.

Sin embargo, las investigaciones revelaron que se trataba de un esquema Ponzi clásico. Los fondos de los nuevos inversores se utilizaban para pagar a los anteriores, creando la ilusión de beneficios. Una gran parte del capital recaudado no se destinaba a la construcción, sino a la administración, el marketing y los pagos. Solo una fracción del dinero —estimada en unos 21 millones de euros— se aplicó realmente a actividades de construcción. Muchos proyectos nunca comenzaron o existían solo sobre el papel.

Respuesta regulatoria y judicial

Aunque las quejas sobre la empresa llegaron a la Comisión Australiana de Valores e Inversiones (ASIC) en 2024, el regulador no intervino de manera eficaz. Finalmente, el Tribunal Supremo de Victoria ordenó la liquidación de Lion Property Group y nombró a KPMG como liquidador. El tribunal también congeló los activos de la empresa, prohibió a los directores disponer de propiedades y remitió el asunto a la policía para una investigación más profunda. Se incautaron registros digitales y archivos financieros para determinar el alcance del fraude.

Los directores se enfrentan ahora a posibles cargos por recaudación ilegal de fondos, violaciones de la legislación de valores y engaño a los inversores. El caso también ha generado críticas hacia la ASIC por no haber actuado antes, ya que los inversores sostienen que una intervención temprana podría haber reducido sus pérdidas.

Pérdidas de los inversores

Se estima que alrededor de 600 inversores se han visto afectados. Muchos eran particulares que habían invertido sus ahorros de jubilación, mientras que otros eran profesionales en busca de ingresos pasivos a través del desarrollo inmobiliario. Las pérdidas por persona oscilaron entre decenas de miles de euros y varios millones.

Un caso conocido es el del artista de Melbourne Adrian Doyle, que invirtió unos 240.000 € con la esperanza de financiar un proyecto de galería de arte en Tailandia. Su experiencia se convirtió en un ejemplo emblemático de cómo las promesas de Lion Property Group engañaron tanto a inversores experimentados como a pequeños ahorradores.

Repercusiones para el sector inmobiliario

El escándalo ha sacudido el entorno de inversión inmobiliaria en Australia. A corto plazo, los analistas esperan salidas de capital de los proyectos especulativos y un aumento de la cautela entre los inversores. Sin embargo, a largo plazo, el colapso podría conducir a una industria más saludable, al forzar una mayor transparencia y un cumplimiento más estricto.

Los responsables gubernamentales están considerando ahora reformas para cerrar las lagunas regulatorias. Entre las propuestas se incluyen:

  • registro obligatorio de los esquemas de inversión inmobiliaria en la ASIC,
  • normas publicitarias más estrictas para impedir promociones engañosas de rendimientos “garantizados”,
  • sanciones más severas para las prácticas financieras fraudulentas.

Estas medidas buscan restaurar la confianza de los inversores y garantizar que el sector inmobiliario siga siendo fiable tanto para el capital nacional como internacional.

Lecciones aprendidas

Los expertos sostienen que el colapso de Lion Property Group pone de relieve varias lecciones atemporales para los inversores. En primer lugar, las promesas de altos rendimientos sin riesgo deben despertar siempre sospechas. En segundo lugar, la debida diligencia debe incluir la verificación de licencias regulatorias, la revisión de informes financieros y la comprobación de que los fondos se destinan a proyectos reales y tangibles. Finalmente, la diversificación sigue siendo fundamental: ningún inversor debería colocar todos sus ahorros en una sola empresa o esquema.

Conclusión

La caída de Lion Property Group, con pérdidas de unos 72 millones de euros, es ya uno de los mayores fraudes inmobiliarios de tipo Ponzi en la historia de Australia. Para los inversores, es un recordatorio contundente de la necesidad de vigilancia, transparencia y una evaluación cuidadosa del riesgo. Para los reguladores, subraya la importancia de una supervisión proactiva y una aplicación estricta de la ley.

A pesar del escándalo, el sector inmobiliario australiano sigue siendo uno de los más resilientes del mundo. Sin embargo, el caso Lion probablemente acelerará la transición hacia una gobernanza más estricta, garantizando a los futuros inversores un entorno más seguro y transparente.

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