Shanghái traslada un distrito entero con 432 robots para la expansión del metro

by Ryder Vane
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Shanghai Moves Buildings with 432 Robots

En un hecho sin precedentes, Shanghái ha logrado reubicar con éxito todo un barrio utilizando 432 robots sincronizados para dar paso a un nuevo túnel de metro. La operación, que duró dos semanas, consistió en desplazar edificios de hasta 7.500 toneladas y devolverlos luego a su ubicación original tras completar las excavaciones. Esta hazaña marca un precedente mundial en innovación urbana y conservación patrimonial.

¿Por qué trasladar un barrio entero?

La operación se llevó a cabo en el distrito de Minhang, donde las autoridades planeaban una importante extensión del sistema de metro de Shanghái. Sin embargo, el trazado proyectado pasaba directamente por debajo de un conjunto de edificios residenciales. En lugar de demolerlos —una solución costosa y políticamente delicada— los ingenieros propusieron algo más audaz: mover físicamente los edificios y devolverlos después a su lugar original.

Este enfoque innovador permitió preservar las viviendas existentes, reducir los retrasos en la construcción y evitar el desplazamiento de cientos de residentes.

¿Cómo funcionó? Robótica en acción

Se desplegaron un total de 432 plataformas robóticas móviles bajo los edificios seleccionados. Cada plataforma estaba equipada con patas hidráulicas y sensores de estabilización capaces de levantar, inclinar y desplazar las estructuras con precisión milimétrica. Los robots actuaban al unísono, avanzando solo unos centímetros a la vez —aproximadamente 10 “pasos” sincronizados por día.

La estructura más pesada trasladada pesaba 7.500 toneladas, y cada movimiento requería análisis en tiempo real de la distribución de peso, vibraciones e integridad del suelo. Los ingenieros utilizaron software con inteligencia artificial para coordinar los movimientos de los robots, ajustándolos automáticamente ante cambios en el terreno o en la resistencia estructural.

La precisión fue asombrosa: a pesar del levantamiento y desplazamiento, las posiciones finales de los edificios solo variaron unos pocos milímetros respecto a su ubicación original.

Un ballet urbano de dos semanas

La reubicación robótica duró 14 días. Una vez apartados los edificios de forma segura, las tuneladoras comenzaron a trabajar debajo de ellos. Cuando se completó la excavación subterránea, los robots invirtieron el proceso y devolvieron los edificios a su lugar, paso a paso.

Los residentes fueron reubicados temporalmente durante la operación y regresaron a sus hogares una vez concluidas las revisiones de seguridad y reconexión de servicios. Los medios locales describieron el proceso como “una danza futurista de acero y código”, y los usuarios de redes sociales quedaron fascinados con los vídeos de edificios que “caminaban” por la ciudad.

Un paso adelante para las ciudades inteligentes

No es la primera vez que Shanghái experimenta con reubicación robótica. En 2020, una escuela de 90 años fue trasladada 62 metros con tecnología similar. Sin embargo, este proyecto —por su escala, número de edificios y complejidad— es el más grande de su tipo en el mundo.

El traslado en Minhang se considera un modelo de cómo las megaciudades pueden expandirse sin sacrificar arquitectura histórica ni estabilidad comunitaria. A medida que las áreas urbanas se densifican y los proyectos de infraestructura se vuelven más urgentes, este tipo de soluciones cobra mayor relevancia.

¿Por qué no simplemente demoler?

La demolición habría requerido más de un año de planificación, negociaciones de compensación y costosas labores de reconstrucción. Además, habría significado la pérdida definitiva de parte del paisaje arquitectónico del distrito. Al optar por trasladar en lugar de destruir, la ciudad ahorró tiempo y dinero, y también protegió su patrimonio.

Desde el punto de vista económico, el traslado supuso un aumento de aproximadamente 180 millones de yuanes (unos 23 millones de euros) en el presupuesto del metro. Pero los funcionarios sostienen que los ahorros en costos sociales, interrupciones y retrasos justifican plenamente el gasto.

Interés internacional

Urbanistas de Tokio, Londres y São Paulo ya han mostrado interés en aprender del modelo de Shanghái. Las ciudades con infraestructuras antiguas y escaso terreno disponible podrían beneficiarse especialmente de esta tecnología.

Posibles aplicaciones futuras incluyen:

  • Reubicaciones temporales para proyectos de protección contra inundaciones
  • Realineación de edificios para expansión de carreteras o puentes
  • Reforzamiento sísmico sin necesidad de desalojar a los ocupantes
  • Preservación de arquitectura histórica durante modernizaciones urbanas

Se informa que las empresas robóticas chinas involucradas han recibido consultas de gobiernos europeos y de Medio Oriente sobre licencias de la tecnología.

Ingeniería del futuro

El éxito del proyecto resalta el papel creciente de la automatización en la ingeniería civil. A medida que la inteligencia artificial, las redes de sensores y las plataformas robóticas se vuelven más avanzadas, se vuelve viable transformar ciudades a gran escala sin afectar gravemente la vida cotidiana.

Esto representa un cambio de paradigma. Donde antes se decía: “si estorba, se derriba”, ahora el lema es: “muévelo, consérvalo y construye a su alrededor”.

Una nueva filosofía urbana

La reubicación robótica en Shanghái es mucho más que un logro técnico: refleja un cambio de mentalidad en el desarrollo urbano. Demuestra que la preservación y el progreso no tienen por qué estar en conflicto. Con suficiente planificación e inversión tecnológica, las ciudades pueden crecer sin borrar su historia.

En una era donde muchas ciudades del mundo luchan por equilibrar el crecimiento moderno con su identidad histórica, Shanghái ofrece un ejemplo valiente: avanzar —llevando el pasado contigo.

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