Ante una creciente crisis de vivienda y el malestar de los residentes, muchas de las ciudades más importantes de Europa están adoptando medidas más estrictas contra los alquileres de corta duración a través de plataformas como Airbnb. Lo que comenzó como una herramienta de impulso turístico ahora se ve cada vez más como una amenaza al acceso a la vivienda, al aumentar los precios y desplazar a los residentes locales.
¿Por qué Airbnb está en el punto de mira?
Los alquileres temporales se han vuelto extremadamente populares por su rentabilidad y facilidad. Sin embargo, en muchas ciudades europeas, una parte considerable del parque inmobiliario se ha convertido en viviendas destinadas exclusivamente a turistas, reduciendo la oferta para los habitantes.
Según datos de Eurostat, en 2024 más del 25 % de las viviendas ubicadas en los centros urbanos de ciudades como Barcelona, París, Ámsterdam, Berlín y Florencia estaban anunciadas en Airbnb de forma continua.
Consecuencias principales:
- Disminución de la oferta de alquileres a largo plazo
- Aumento del precio del alquiler entre un 30 % y un 60 %
- Saturación turística en zonas históricas
- Conflictos crecientes entre vecinos y visitantes
París: máximo de 120 noches por año
La capital francesa fue una de las primeras en aplicar restricciones. Actualmente, los propietarios solo pueden alquilar su residencia principal hasta 120 noches al año, siempre que se registren oficialmente ante el Ayuntamiento.
Las infracciones pueden conllevar multas de hasta 50.000 euros. Además, en 2025 se estudia reducir el límite a 60 noches en las zonas más tensionadas.
Barcelona: eliminación de licencias en el centro
El alcalde Jaume Collboni ha anunciado que en 2026 se revocarán todas las licencias de alquiler turístico en el centro histórico. La medida afectará a unas 10.000 viviendas.
El Ayuntamiento pretende recuperar parte de esos pisos para destinarlos a vivienda asequible para residentes.
Ámsterdam: límites estrictos
La capital neerlandesa exige registro obligatorio y licencia municipal para alquilar en plataformas. Las reglas incluyen:
- Máximo de 30 noches al año por vivienda
- Hasta cuatro huéspedes por estancia
- Zonas con prohibiciones absolutas
- Multas de hasta 20.750 euros por incumplimiento
Berlín: freno a la especulación inmobiliaria
Desde 2024, Berlín ha restringido la transformación de viviendas en alquileres turísticos, especialmente por parte de inversores y empresas. Se han limitado las licencias y se refuerzan controles en distritos como Prenzlauer Berg, Friedrichshain y Neukölln.
Viena y Florencia: proteger el centro histórico
En Viena, se requiere autorización municipal incluso para alquilar una habitación en el casco antiguo. Desde 2025, podría establecerse una prohibición total en el distrito 1.
Florencia, por su parte, ha suspendido nuevas licencias de alquiler turístico en su centro para combatir la “turistificación” y preservar la habitabilidad de los barrios.
Iniciativa de la Comisión Europea
En 2023, la Comisión Europea propuso una nueva normativa para regular los alquileres de corta duración en todos los Estados miembros. Se espera que entre en vigor en 2026. Las plataformas como Airbnb deberán:
- Compartir la dirección del alojamiento con las autoridades locales
- Informar del número total de noches alquiladas
- Identificar al propietario y su número de licencia
El objetivo es dar más herramientas a los ayuntamientos para gestionar la oferta de vivienda.
Opinión de los expertos
Según el London Urban Policy Institute, limitar los alquileres de corta duración podría reducir entre un 10 % y un 15 % los precios de alquiler en las zonas más afectadas. Los analistas advierten que sin regulación, Airbnb se convierte en una herramienta de especulación.
Desde el lado contrario, los anfitriones y el sector turístico critican las medidas, asegurando que dañan la economía local. En 2024, los anfitriones de Airbnb en Francia generaron más de 2.400 millones de euros en ingresos.
Modelos alternativos
Algunas ciudades están ensayando soluciones mixtas, como:
- Permitir alquileres solo en temporada baja
- Imponer tasas destinadas a fondos públicos de vivienda
- Limitar por superficie o número de inmuebles alquilados
- Uso de plataformas públicas de control
Conclusión
Airbnb ha transformado la forma de viajar, pero también la vida urbana. Las principales ciudades de Europa están tomando medidas firmes para frenar la especulación y proteger el acceso a la vivienda.
El futuro de los alquileres temporales en Europa dependerá de la regulación, la transparencia y el equilibrio entre turismo y calidad de vida.