En 2025, Catar está llevando a cabo un giro estratégico reforzando su presencia en el sector de alta tecnología, especialmente a través de grandes inversiones en centros de datos en Europa. A través de su fondo soberano, la Qatar Investment Authority (QIA), el país está destinando importantes recursos a infraestructuras digitales, marcando una clara transición de una economía basada en los hidrocarburos hacia una orientada al conocimiento. Esta estrategia refleja una tendencia global en la que los países ricos en recursos naturales buscan posicionarse como actores clave en la era digital.
¿Por qué centros de datos?
Los centros de datos se han convertido en activos fundamentales en una economía basada en los datos. El crecimiento de la inteligencia artificial, el cloud computing, el Internet de las Cosas (IoT) y los servicios de streaming está generando una creciente demanda de instalaciones seguras y de alto rendimiento para almacenar y procesar datos. Europa, con su estricta regulación, su enfoque en la soberanía digital y su economía tecnológica avanzada, es un mercado ideal para estas inversiones.
Para Catar, los centros de datos representan activos estables, a largo plazo y con rendimientos atractivos. En un contexto de volatilidad en los mercados de materias primas, la infraestructura digital se presenta como una alternativa rentable y estratégica.
Principales acuerdos y asociaciones
En 2025, QIA ya ha realizado movimientos destacados. Uno de los más relevantes ha sido la adquisición del 30 % del operador francés de centros de datos Data4 Group, propiedad de Brookfield, por un valor aproximado de 500 millones de euros. Esta operación se posiciona como una de las mayores inversiones extranjeras en infraestructuras digitales europeas este año.
Además, Catar está explorando oportunidades en los países nórdicos —como Noruega y Finlandia— donde la abundante energía renovable permite operar centros de datos de forma sostenible y eficiente. Se están negociando coinversiones en nuevos proyectos ubicados cerca de plantas hidroeléctricas.
Objetivos estratégicos más amplios
Estas inversiones no sólo buscan retornos económicos, sino que forman parte de una estrategia más amplia de influencia diplomática y expansión económica. Invirtiendo en infraestructuras críticas europeas, Catar refuerza alianzas estratégicas y aumenta su presencia global.
QIA ya posee activos significativos en Europa, especialmente en el sector inmobiliario del Reino Unido. La incursión en el ámbito digital representa una extensión lógica de su presencia económica en la región.
Rentabilidad y rendimiento financiero
Según los analistas, los centros de datos europeos ubicados en zonas estratégicas ofrecen rendimientos anuales de entre 6 % y 9 %, dependiendo de los inquilinos, la ubicación y la eficiencia energética. Entre los clientes principales se encuentran gigantes tecnológicos como Microsoft Azure, Google Cloud y Amazon Web Services, lo que garantiza contratos estables y un bajo riesgo financiero.
De acuerdo con las estimaciones de JLL, la inversión total en centros de datos en Europa podría superar los 20.000 millones de euros en 2025. Los fondos soberanos del Golfo, incluidos los de Catar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, podrían representar entre el 15 % y el 20 % de ese volumen.
Impacto en el mercado inmobiliario y el desarrollo regional
El auge de los centros de datos también está transformando el mercado inmobiliario. Se incrementa la demanda de terrenos cercanos a redes eléctricas de alta capacidad, fibra óptica y fuentes de energía, especialmente en ciudades como Frankfurt, Ámsterdam, París y Londres.
Las inversiones cataríes también impulsan el desarrollo de polos digitales secundarios, como Aalborg (Dinamarca), Umeå (Suecia) y Tartu (Estonia), donde los costos son más bajos y la competencia es menor.
ESG y tecnologías sostenibles
Catar enfatiza el cumplimiento de principios ESG en sus inversiones. QIA exige que todos los proyectos, especialmente los centros de datos, cumplan con estándares ambientales como BREEAM o LEED. En Escandinavia, se implementan sistemas de refrigeración líquida avanzados y se reutiliza el calor generado por los servidores para calefacción urbana.
Este enfoque permite a Catar presentarse como un inversor responsable y con visión de futuro, respondiendo a las críticas sobre la huella ecológica de los países del Golfo.
Riesgos y desafíos
A pesar de las perspectivas favorables, existen desafíos. En algunos países de la UE se están endureciendo las regulaciones para centros de datos de gran escala debido a preocupaciones energéticas y de uso del suelo. En los Países Bajos, por ejemplo, se ha impuesto una moratoria temporal para nuevos proyectos de este tipo.
También existen riesgos geopolíticos. Aunque Catar suele ser percibido como un inversor neutral, la propiedad extranjera de infraestructuras digitales críticas puede generar reticencias. La transparencia y el cumplimiento regulatorio serán clave para garantizar la aceptación a largo plazo.
Perspectivas para 2026
Si se mantiene la tendencia actual, las inversiones de Catar en centros de datos europeos podrían superar los 1.500 millones de euros antes de finalizar 2025. En 2026, QIA podría lanzar un fondo dedicado a infraestructuras digitales, orientado a atraer coinversores institucionales europeos, como fondos de pensiones y aseguradoras.
También se están considerando proyectos de desarrollo conjunto con operadores locales, lo que marcaría una transición de una participación pasiva a una gestión activa.
Conclusión
La apuesta estratégica de Catar por los centros de datos europeos en 2025 refleja su compromiso con la diversificación económica y el liderazgo tecnológico. Al aprovechar sus reservas financieras, el país se posiciona dentro de la infraestructura digital global, reduciendo su dependencia de los combustibles fósiles.
Europa, por su parte, se beneficia de un flujo de capital inteligente que impulsa la digitalización, la sostenibilidad y la soberanía tecnológica. Los centros de datos dejan de ser meros edificios técnicos para convertirse en el núcleo de una nueva economía digital —y Catar quiere ser uno de sus principales protagonistas.